Te imagino trabajando en una empresa, con un cargo de responsabilidad y dirigiendo a un grupo de personas. 

Probablemente colabores en una pyme, hay unas 3 millones en España, que facturan desde menos de 10 a 50 millones € al año.

De formación media o universitaria, tal vez casada/o, con algún hijo. Quizás te guste la naturaleza y los hábitos de vida saludables, la música o el cine…

Llevas en esta empresa ya algunos años y, llegados a este punto, tienes la sensación de estar frenada/o, has entrado en una cierta rutina, más de lo mismo, con urgencias, foco en el día a día. Es como sentirte en un bucle permanente.

Necesitas “algo” que te permita ponerte en movimiento, desarrollarte profesionalmente.

No se trata tanto de cambiar de empresa sino de renovarte, sentir que tienes una dirección, quieres recuperar la ilusión y las ganas de ir a trabajar, la energía para hacer aquello que te apasiona, encontrar tu camino para CRECER.  

Aunque suene extraño, volver a sentirte FELIZ haciendo lo que haces.

Por otra parte, no acabas de tener la seguridad que necesitas para tomar una decisión, ¿hacia dónde dirigirme, dentro o fuera? ¿Sé lo suficiente? ¿Tendré éxito?

¡¡Quiero darte mi más cordial enhorabuena!!

Comentarte que todos sin excepción, pasamos por esta situación a lo largo de nuestras vidas, y no una sino en varias ocasiones.

Es habitual encontrarnos haciéndonos estas mismas preguntas que probablemente te estés haciendo ahora.

Sencillamente estás iniciando tu propio proceso de autodescubrimiento, finalizando una etapa, y necesitas renovarte y alumbrar un nuevo tiempo.

Es muy importante que transites por ella de manera adecuada, para que te sirva como elemento central y te permita iniciar los primeros pasos hacia un nuevo FUTURO.

Hay toda una serie de herramientas y metodologías que pueden ayudarte en este nuevo escenario.

Es importante que inicies el proceso abordando algunos elementos básicos de tu situación personal y profesional.

Entre otras, te propongo estas tres iniciativas:

  1.  Empieza por revisar tu mochila, cargada de “tengo que”.
  2. Descubre cuáles son tus motivaciones primarias, a partir de las que tomas la mayor parte de tus decisiones.
  3. ¿Hasta qué punto tu vida fluye? Averigua si tus círculos de vida personal y profesional giran de manera adecuada y te permiten avanzar.

Hoy abordaré la primera:

  1. Mi mochila con los “tengo que”

La idea es que descubras qué llevas en tu “mochila” de cada día y visualices todo aquello que supone una carga y te dificulta avanzar.

Son el conjunto de cosas que habitualmente “has de hacer”, tanto personal como profesionalmente, que te desgastan y te quitan energía.

Y ¿cómo las identifico?, te preguntarás:

Puedes crearte tu propio documento, haciendo un cuadro con 2 columnas. En cada una de ellas describes:

1º tengo que          2ª Me molesta

o utilizar el link a nuestro formulario por si te es de utilidad.

https://drive.google.com/file/d/13yBmZgRHrpIz2_nryfHc2lPjc4F9IaZV/view?usp=sharing

Aquí tienes 2 ejemplos de cómo abordar este ejercicio, para que te ayuden en tu reflexión:

  • “Sacar al perro por las mañanas”.

“La verdad es que me gusta sacarlo a pasear. Es agradable salir por las mañanas, hago respiraciones y algo de ejercicio, subo las escaleras, lo cierto es que me sienta bien empezar así el día”

Entonces ¿porqué es un “tengo que”?

De hecho, no me molesta pasear al perro. Lo que me molesta es que “me lo recuerden todos los días”.

Esa actividad entonces se transforma en un “tengo que”. Cada vez que escucho la frase……me pongo de mal humor, paseo enfadado al perro  y empiezo “mal” cada mañana.

  • He de recordarle cada viernes al director xxxx que me ha de enviar la información que necesito para elaborar mi informe semanal.

“No me molesta hablar con él, de hecho, tenemos una relación muy cordial. Lo que me enfada es tener que recordarle algo que creo sinceramente que es su responsabilidad y parece que tenga que “perseguirle” “.

Haz una lista de esta forma describiendo cada una de ellas y seguidamente reflexiona detenidamente acerca de lo qué te molesta realmente de la situación.

Como ves, lo importante de este ejercicio es “descubrir” aquello que has asumido como inevitable y que realmente te molesta y te desgasta.

Te ves en la “obligación” de realizarla, aceptas llevarla a cabo y te sientes mal por ello.  

Si te fijas bien verás que, en el fondo, estás describiendo tus propias autolimitaciones.  

Porque, tal vez, puedes hacer algo para resolver estas situaciones. Ése es el objetivo.

Cuando tengas unas 20, 30,… “tengo que”, puedes agruparlas, ej. personales, familiares, profesionales,…. 

Analiza cuidadosamente aquellos aspectos que realmente te consumen energía.

Este ejercicio pretende que le des un nuevo sentido a eso que haces. Que clarifiques…, comentes con… , te replantees…. cambies…. que establezcas un plan de trabajo para empezar a “vaciar” tu mochila y vayas recuperando tu energía.

 Si, finalmente, no encuentras la manera de reenfocar una situación concreta te recomiendo que no la hagas.

Recuerda que tienes en tus manos la brújula de tu vida, conseguir que fluya personal y profesionalmente y eres LIBRE de decidir a qué quieres dedicar tu energía y qué quieres llevar en la mochila para ese viaje.

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